martes, 1 de noviembre de 2011

II

Querida,
anoche abrí una botella de vino
Y tengo ya una edad centelleante
De esas que ya no inspiran poemas
Por otro lado,
Qué bueno que tu aún conservas
La jovialidad de la poesía
Y la sonrisa de la prosa
Volviendo a la botella de vino,
sólo la abrí
el tomarla te la dejo a ti, querida
que a pesar de tus años pueriles
que a pesar de tu belleza naïve,
sostienes la copa con olímpica destreza
Espero que viertas sentimientos
en ese corazón duro que te pertenece

A la otra te hago un soneto, querida
Hoy, hoy abramos el whiskey.

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